Cualquiera puede distinguir entre la piel joven y la piel madura. Pero, ¿cuáles son las diferencias entre la piel de una persona joven y la de una persona mayor? En este artículo te lo explicamos detalladamente, ¡así que sigue leyendo!
En primer lugar, para comprender por qué envejece nuestra piel, es vital conocer los aspectos básicos de la piel.
¿En qué consiste la piel?
La piel consta de tres capas, que son:
Epidermis
La epidermis es la superficie de la piel, rica en queratina, que es resistente al agua y dura. Las células muertas de la piel se desprenden en la epidermis, y aquí también se encuentra la melanina (responsable de producir el color de nuestra piel).
Dermis
La segunda capa es la dermis, compuesta por vasos sanguíneos, grasa, nervios, elastina y fibras de colágeno. Las fibras de colágeno y la elastina proporcionan elasticidad a la piel.
Tejido subcutáneo
Es la capa más profunda de la piel, formada principalmente por grasa y tejido conjuntivo.
Piel joven
La piel joven no es muy sensible a las influencias ambientales externas. Además, es muy elástica y resistente. Las células de la piel joven pueden regenerarse rápidamente y almacenar mucha humedad.
Los rasgos externos de la piel suelen ser claramente visibles. Pero, ¿cuáles son los componentes internos que influyen en el aspecto de la piel?
Un factor clave es el colágeno. La proteína colágeno constituye el 70% de nuestra dermis, la capa intermedia de la piel. En concreto, el colágeno contribuye a la elasticidad y resistencia de nuestra dermis.
Las fibras de colágeno tienen una gran resistencia a la tracción y no son estirables. Por tanto, la proteína tiene un efecto formador de estructuras en el cuerpo y da elasticidad a la piel. Las fibras de colágeno están embebidas en una sustancia de base gelatinosa que tiene una capacidad de retención de humedad muy elevada, lo que ayuda a la piel a mantener su volumen.
Sin embargo, con la edad, nuestro organismo se vuelve menos eficaz para producir colágeno y reponer las células de la piel. Los expertos han descubierto que, a partir de los 20 años, una persona produce aproximadamente un 1% menos de colágeno cada año.
En consecuencia, el propio colágeno del cuerpo se consume más rápidamente de lo que puede suministrarse nuevo colágeno, lo que hace que nuestra piel pierda elasticidad. Esto puede explicar el envejecimiento de la piel.
Piel vieja
La piel vieja está más seca y áspera, aparecen manchas de la edad y se forman arrugas. La pérdida de volumen se manifiesta en el aspecto de la piel como flacidez. Por último, la pérdida de densidad hace que la piel pierda su aspecto radiante.
Menos colágeno en el cuerpo significa que la piel se vuelve más flácida y pierde elasticidad. Esto ocurre porque ya no se puede mantener la formación de la estructura, y el tejido conjuntivo ya no puede retener la humedad. Esto favorece el desarrollo de las primeras arrugas. Además, se forman menos células nuevas, las células existentes se encogen y las capas superiores de la piel se vuelven más finas. Así, el indicador externo más fuerte es un aspecto deteriorado de la piel.
¿Cómo pueden los suplementos de colágeno reducir los signos del envejecimiento?
Estudios científicos han demostrado que tomar suplementos de colágeno puede reducir los síntomas asociados a la falta de colágeno, incluidas las líneas finas y las arrugas. Los suplementos de colágeno contribuyen a la salud de la piel añadiendo hidratación, reduciendo las arrugas y mejorando la elasticidad.
Tomando colágeno hidrolizado de bajo peso molecular (como el Collamin) se pueden restaurar y mantener las estructuras de colágeno propias del organismo.
Por último, pero no por ello menos importante, cabe señalar que el colágeno es esencial no sólo para el buen aspecto de la piel y la firmeza del tejido conjuntivo, sino también para la salud de los cordones musculares, los vasos sanguíneos, las articulaciones, los ligamentos y los dientes.
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